A mi amada
Charca de Villalba
Esta
puede ser mi última carta. Me han pasado muchas cosas desde la última vez que me
permitieron escribirte. Los doctores tienen peores intenciones cada día. Todavía
quieren hacerme creer que mi nombre es Lidia. Me juran a gritos que amarte es
imposible. Piensan que un hombre no puede enamorarse de un cuerpo de agua. No entienden
que el río es una comunidad de almas vivas y algunas de sus charcas son capaces
de amar. Creen que estoy loco, que lo nuestro es un exceso de imaginación.
También dicen que si me declaran inocente, tendré que regresar a la tierra de
mis padres porque en este país no seré bienvenido; pero no hay libertad lejos
de ti. No hay felicidad sin tu corriente rozando mis muslos y si añoro salir de
esta mazmorra es porque quiero reencontrarme contigo. Ojalá entendieran que
amarte, charca bella, es lo mejor que me ha ocurrido. Trato de mentir para que
me dejen ir. Niego que te amo para que no me golpeen pero no los convenzo. Tienen
una máquina más fuerte que un polígrafo; como decía Cheo Feliciano, “Yo no
tengo corazón para olvidarte” y por eso no puedo esconderle mis sentimientos a esa
caja con cables. Los apodos, las torturas y las preguntas de los fiscales aumentaron
desde mi última carta. El dolor ha sido inhumano pero no quiero que
entristezcas y mucho menos te reprocho, solo trato de ser sincero como
acordamos. He resistido todo tarareando nuestras canciones favoritas. Sobrevivo
recordándote. Me cortaron los genitales y me reconstruyeron. Ahora tengo físico
de mujer. Me drogan para confundirme. Hay un enfermero que me amarra y viola
todas las noches. Dice que tengo que pagar por matar a los hombres salvajes que
intentaron destruir tu orilla y llenarte de piedras. Parece que nadie quiere
entender que solo trataba de defenderte. No les importa ponerse en nuestro
lugar. Tanta insensibilidad me está envejeciendo. Pero hay un doctor nuevo que
no es como los demás. Me regaló esta hoja para escribirte y me prometió que te
la entregaría personalmente. Ayer, mientras me inyectaba, aceptó que no hay
nada malo en el amor que siento pero no puede interceder por mí ante los otros
doctores. Insinuó que maté a los guardaespaldas de alguien importante; será
difícil salir de aquí. Supuestamente, los abogados quieren aplicar la pena de
muerte. No entiendo al estado, ni sus leyes, ni por qué condenan este amor. Solo
quiero estar contigo, desvestirme en tu orilla y defenderte nuevamente si fuese
necesario. Eres tan importante para mí que todas las madrugadas, cuando por fin
me dejan dormir, recuerdo la primera vez que me devolviste una sonrisa. Ese
mismo día nos besamos y dormimos juntos. Al amanecer me dijiste que nadie nos
entendería y tenías razón. Pero no importa porque me permitiste ser real, sin
mascaras o silencios falsos. Gracias a ti, todavía, todas las mañanas sonrío.
Si no te amara, en lugar de hacerte una carta, me perforaría el corazón vacío con
este lápiz que hoy me ayuda a escribir. Pero no lo haré, quiero mantenerme vivo para pelear por nuestro
amor. Los verdaderos amantes, cuando mueren, se convierten en la tristeza de
sus amadas. Yo no quiero ser tu tristeza, charca bella. Quiero ser el hombre
dentro de ti, quiero que me dejen amarte. Sobre todo espero que estés bien y
que esta carta te ayude a seguir viva, deseándome con las mismas ansias que yo
te deseo.
Te ama con fuerzas indestructibles,